En estos dias que corren, las palabras están cobrando el sentido y la fuerza que generan el odio y el desprecio. No es realmente una telenovela, es una realidad agobiante y con movimiento de espiral. El discurso ha quedado reducido al descredito y la humillación. Ya este escenario esta cediendo a su mas cercano aliado; las trompadas y los golpes.
Caracas la temida, la amada, la odiada. A veces nos encontramos a gusto, indiferentes o nos provoca salir corriendo. Su verde nos hipnotiza. Su violencia amedrenta. Por ello, hemos preferido verla como nuestra mansión. Imaginándola como un producto de nuestra carne, nuestro sudor, nuestra sangre. Con ello no la hacemos ajena ni lejana, mas bien cotidiana. KochCarrasco somos los observadores, quienes ya curtidos en sus entrañas la exponemos sin reservas.
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